lunes, 28 de septiembre de 2015

Meritocracia y amiguismo: Así nos va


Hoy me preguntaba por qué vivimos en una sociedad tan estancada, por qué mientras en otros países se avanza de forma vertiginosa, el ritmo que llevamos aquí es lento y pastoso, y cerrando más aún el círculo, por qué Huelva cada vez se queda más y más atrás.

Pues bien, hoy navegando por internet, me he topado con dos términos que han llamado mi atención de una forma especial. 

Por un lado está Meritocracia que, según Wikipedia, es una forma de gobierno basada en el mérito. Las posiciones jerárquicas son conquistadas con base al mérito, y hay un predominio de valores asociados a la capacidad individual o al espíritu competitivo, tales como, por ejemplo, la excelencia en educación o deportes.

El principal argumento a favor de la meritocracia es que proporciona mayor eficiencia que otros sistemas jerárquicos, dado que las distinciones no se hacen por sexo o raza ni por riqueza o posición social, entre otros factores biológicos o culturales. Aunque existen clases sociales, la meritocracia no pretende acabar con ellas. El mérito del esfuerzo individual se entiende como un criterio más justo que otros para la distribución de los premios y las ventajas sociales asociadas.

El Amiguismo, usando la misma fuente, es ser parcial para con los amigos, especialmente al designarlos en posiciones de autoridad, sin importar si están cualificados. Por lo tanto el amiguismo es contrario en la práctica y en principio con la meritocracia.

El amiguismo existe cuando el que designa y el beneficiario se encuentran en contacto social; a menudo el que designa es inadecuado para ejercer u ocupar su propio cargo o posición de autoridad, y por esa razón el que designa nombra individuos que no intentarán debilitarlo, o expresar puntos de vista contrarios a aquellos de aquel que los ha designado. Desde un punto de vista político, el término "amiguismo" se lo utiliza de una manera derogatoria y oculto tras el término "puesto de confianza".

El primero de los términos es más aséptico:

Primero, es más democrático, porque nos aseguramos que todo el mundo parte en igualdad de condiciones y pueden mostrar sus méritos.

Segundo, es más trasparente. No es que todos los asignados por el método del amiguismo no sean válidos, pero sí que cuando se usa este método es una oportunidad que se roba de mostrar méritos a otros.

Tercero, llama al esfuerzo individual, a la lucha por ser mejor, al afán de superación, lo que hace que la sociedad sea cada vez más fuerte.

Cuarto, se consigue que los que están más capacitados para cada trabajo lo desarrollen y los equipos sean más eficientes. Esto conlleva mejores resultados.

Es lamentable ver cómo en las distintas instituciones e incluso en la empresa privada, se ha ido extendiendo el amiguismo, llevando la meritocracia a un lugar denigrante. Incluso se atreven a adoctrinar hablando de talento, educación formal y de calidad, competencias... Luego, describen meritocracia como un sistema que da como resultado una mayor brecha entre ricos y pobres y desaparición de clases medias, prostituyendo el término.

Meritocracia habla de cómo designar los puestos y posiciones, no de cómo dotarlos de valor económico.

Si en Huelva, en España, seguimos con esta visión seremos "una gran provincia o un gran país de colegas o amigos", pero ni avanzaremos, ni seremos competitivos, ni tendremos salida más que al mar.

domingo, 6 de septiembre de 2015

La semántica y el empleo

Este post de hoy, no es más que una reflexión personal. Sin más pretensiones que llevar a la reflexión y ser breve.

No se si esos que gobiernan nuestros destinos, en lugar de estar a nuestro servicio (que es lo que deberían hacer), esos que nos deberían estar agradecidos por haberles dado la oportunidad de ocupar esos privilegiados puestos; parecen no darse cuentas de gestos negativos, que aunque parezcan no tener importancia, están ahí y tienen bastante profundidad.

Me ha llamado mucho la atención que la gente dice: "Voy a la oficina del paro". Es lógico, se va mucho más a dicha oficina por malas noticias que por buenas. Los trámites de un despido, una liquidación por fin de contrato, solicitar la prestación por desempleo o el subsidio, renovación de la tarjeta de desempleado, etc... ganan a llamadas para realizar entrevistas para un nuevo empleo o para anunciarte ofertas que se adaptan a tu perfil. 


Debido a esto, he buscado en Google el término "oficina del paro", son las oficinas de empleo las que aparecen. Esto significa que los encargados del SEO de dichas páginas se han visto obligados a usar estos términos o palabras claves en los motores de búsqueda, ya que es el modo en el que la gente lo busca. 

La gente de la calle se ha desconectado de la clase política y ha llegado a tal punto que apenas les escucha. Y es lógico. ¿Por qué? La viñeta bajo este párrafo, por sí sola es más que reveladora. Escuchas y crees, no ves resultados y te desesperas pero escuchas queriendo creer, hasta que llega el momento en que no escuchas, así de sencillo.



Seguro que no soy el único que se ha dado cuenta de la mentalidad negativa de nuestra sociedad, que está llena de motivos, pues ha sido golpeada por los efectos de una crisis que no ha provocado, cual sparring en un ring de boxeo. Le ha tocado pagar aquello que no ha provocado.

Pérdidas de miles de puestos de trabajos y derechos, unidos a subidas de impuestos y rebajas de indemnizaciones que, para colmo, ahora están sujetas a impuestos. Unas subvenciones que se suponen que están para ayudarte mientras te encuentras a la deriva entre un puesto de trabajo perdido y una nueva oportunidad deseada, ese Dorado que todos anhelamos, pero que tarda en llegar.

Sería muy interesante ver cómo cambia esta tendencia y ver que la alegría, la esperanza y el positivismo se apodera de nuestra gente y hablan de EMPLEO, así, en mayúsculas. Ojalá todo el mundo use en Google "oficina de empleo" y los encargados en SEO, puedan poner el signo menos (-) delante de la palabra paro porque ya nadie la busque para estos menesteres.

Propongo ese reto a nuestros representantes políticos.